Debido a la perturbación tropical que se está acercando a aguas del Océano Pacífico y amenazando con fuertes lluvias y con la posibilidad de que se convierta en huracán, las petroleras en Estados Unidos están realizando una vigilancia continua para tomar las precauciones oportunas.
El sistema aún no ha sido clasificado como una tormenta tropical o un huracán, pero estaba produciendo vientos de unos 61 kilómetros por hora, cerca de la mitad de lo que genera un huracán débil.
Shell Oil Co., el brazo estadounidense de Royal Dutch Shell , a anunciado que están haciendo seguimiento al sistema y ya dispuso la evacuación de trabajadores no esenciales por precaución.
El Centro Nacional de Huracanes, así como meteorólogos académicos y privados consideran que será una temporada de huracanas en el Atlántico por debajo de lo habitual.