El pasado mes de junio se ha cumplido el segundo año de la parada de la refinería de Santa Cruz de Tenerife. La situación en la instalación, propiedad de la petrolera Cepsa, sigue lejos de resolverse por la estricta normativa medioambiental de la capital tinerfeña, mientras que las perdidas en las cuentas del grupo no paran de crecer y se aproximan ya a los 80 millones de euros.
«Sólo la refinería pierde cada año 40 millones de euros. Es una situación difícil de explicar a nuestro accionista», ha explicado esta mañana el vicepresidente de la petrolera y consejero delegado, Pedro Miró, en un encuentro con medios de comunicación. Cepsa está controlada por el fondo IPIC, propiedad del Gobierno del Emirato de Abu Dhabi, el cual se encuentra en estos momentos muy disgustado con la situacion existente en la tenerife.
Cepsa ha reaccionado a la crisis realizando algunos traslados de personal a otras instalaciones y buscando un nuevo uso a la refinería, convertida hoy en terminal de almacenamiento y distribución de carburantes para abastecer a uno de los mercados estratégicos del grupo.
La petrolera también ha perdido a uno de sus grandes apoyos a su causa tras la dimisión del ministro de Industria, José Manuel Soria, por su vinculación con una sociedad mercantil en el paraíso fiscal de Jersey. El ex ministro canario siempre se había mostrado partidario de reabrir la refinería por el impacto que tiene en la economía isleña.