El Bank of America pronostica un aumento significativo en los precios del petróleo para los próximos años, estimando que el Brent alcanzará los $90 por barril en 2024 debido a tensiones en el mercado y factores geopolíticos.
Los analistas y expertos del Bank of America (BofA) han reiterado con firmeza su pronóstico respecto al precio del petróleo, anticipando un alza significativa en los próximos años. Según las proyecciones del banco estadounidense, el valor del petróleo Brent se situará en torno a los 90 dólares por barril para el año 2024. Esta predicción se fundamenta en diversos factores que están impactando el mercado y que están intrínsecamente vinculados a las complejas dinámicas geopolíticas y económicas que influyen en la industria petrolera a nivel global.
Una de las principales razones que fundamentan este pronóstico es el incremento de los tipos de interés a nivel mundial, el cual ha tenido un efecto directo en el crecimiento del consumo de petróleo. Al elevarse los costos de endeudamiento, la demanda agregada global ha experimentado un freno significativo, lo que se traduce en una menor necesidad de combustibles y, por ende, en una reducción en la demanda de petróleo.
Otro factor clave es la estrategia proactiva que ha adoptado la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) para limitar los suministros antes de que se produzcan posibles desplomes en los precios del crudo. Esta medida, tomada con la finalidad de estabilizar el mercado, ha generado un impacto en el equilibrio entre la oferta y la demanda de petróleo.
Además, el análisis del experto Francisco Blanch señala que la economía china, después de enfrentar los embates de la pandemia de Covid-19, no ha logrado recuperarse tan rápidamente como se esperaba. Esta desaceleración ha generado una menor presión al alza en los precios mundiales de la energía. La economía china, un motor crucial en la demanda de recursos, ha enfrentado desafíos, especialmente en los sectores de fabricación y bienes raíces, lo que ha dejado una huella en el consumo de petróleo.
Rusia, por su parte, también ha tenido un papel destacado en el escenario petrolero. A pesar de las sanciones internacionales, el país ha aumentado su producción de petróleo, contribuyendo a un exceso de oferta en el mercado marítimo. Sin embargo, ante los cambios en el contexto político y económico, Rusia ha comenzado a tomar medidas para reducir sus exportaciones y ajustarse a los límites establecidos por la OPEP, lo que ha generado una estabilización relativa en los diferenciales de precios.
La situación se complica aún más por la influencia de Estados Unidos en el mercado petrolero. El país ha tenido un impacto importante al liberar barriles de petróleo estratégicos de su Reserva Estratégica de Petróleo (SPR, por sus siglas en inglés) durante un período de 18 meses. Esta decisión ha alterado significativamente los balances mundiales de petróleo al agregar aproximadamente 450.000 barriles diarios al suministro disponible.
A pesar de estos datos, la Reserva Estratégica de Petróleo de Estados Unidos se encuentra ahora por debajo de su nivel objetivo, lo que implica que deberá reponerse a niveles de 500 a 600 millones de barriles en los próximos trimestres. Esta necesidad de reabastecimiento, junto con los recortes significativos de producción implementados por la OPEP+, generan un escenario en el cual se prevé que el mercado global de petróleo se encuentre en déficit durante el segundo semestre de 2023 y parte de 2024.
BofA enfatiza que la economía mundial podría enfrentar un déficit de aproximadamente 1060k barriles diarios en el segundo semestre de 2023 y uno de 430k barriles diarios en 2024, sobre todo si China continúa adelante con sus medidas para estimular el crecimiento económico.
Por todo lo expuesto, el banco ha mantenido su proyección de que el precio promedio del petróleo Brent alcance los 90 dólares por barril para el año 2024. No obstante, los analistas advierten que hay ciertos factores que podrían actuar como límites a esta subida en los precios. Uno de estos factores es la creciente capacidad excedentaria de la OPEP, la cual podría moderar los incrementos en los precios del petróleo. Asimismo, persisten riesgos de recesión que podrían cambiar el rumbo de las proyecciones.
El informe concluye destacando la importancia de estar atentos a cómo se desenvuelve el escenario global, ya que un aumento sostenido en los precios de las materias primas, como el petróleo, podría repercutir en el aumento de los tipos de interés y reavivar así la batalla entre los intereses económicos y la industria del petróleo. En última instancia, el futuro del mercado petrolero se encuentra inextricablemente ligado a una serie de variables complejas y en constante evolución, lo que hace que las proyecciones sean inciertas y sujetas a cambios inesperados en el panorama geopolítico y económico mundial.
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