Después de un constante aumento durante todo el verano, los precios de los combustibles muestran un cambio de tendencia. La gasolina experimenta una ligera disminución, aunque el diésel sigue su tendencia al alza. Análisis de las razones detrás de estos movimientos y su impacto en los bolsillos de los conductores.
Los precios de los combustibles han experimentado un cambio en su tendencia después de un período de constante aumento durante el verano. La gasolina ha registrado una disminución del 0,45% en su costo, bajando a 1,75 euros por litro. Esto ha marcado una pequeña pausa en la escalada de precios que estaba afectando a los conductores.
Sin embargo, el diésel continúa aumentando su precio y se acerca cada vez más al precio de la gasolina, a pesar de recibir descuentos fiscales de hasta diez céntimos de euro por litro. Esta semana, el precio del diésel ha subido un 0,1% y alcanzó los 1,687 euros por litro, un nivel que no se veía desde enero.
La gasolina había experimentado un aumento del 10% desde julio, por lo que esta reducción marca un cambio importante. Por otro lado, el diésel ha seguido subiendo con un aumento del 17,3% en los últimos tres meses.
Además, los precios de ambos tipos de combustible se mantienen significativamente por encima de los niveles previos al inicio de la guerra en Ucrania, que comenzó en febrero de 2022. A pesar de esta tendencia alcista, todavía no han alcanzado los máximos registrados hace más de un año, cuando la gasolina llegó a 2,141 euros y el diésel a 2,1 euros.
Dada la situación actual de precios, el Gobierno ha descartado la posibilidad de ampliar las ayudas a los conductores, como la bonificación de 20 céntimos de euro por litro que estuvo vigente desde marzo hasta diciembre del año anterior. El Gobierno está evaluando qué medidas tomar a partir del 1 de enero de 2024, cuando expire el actual programa de apoyo para combatir la crisis, enfocándose en una política fiscal responsable y el uso adecuado de los recursos públicos.
El llenado de un depósito promedio de 55 litros de gasolina actualmente cuesta aproximadamente 96,3 euros, en comparación con los 81,18 euros del año pasado, incluyendo el descuento de 20 céntimos por litro que estaba vigente. En el caso del diésel, llenar un depósito similar cuesta ahora unos 92,78 euros, lo que representa un aumento de 4,34 euros con respecto al mismo período del año anterior.
El aumento de los precios de los carburantes el año pasado se debió a la crisis energética causada por el conflicto en Ucrania, y el Gobierno implementó una bonificación mínima de 20 céntimos por litro para todos los ciudadanos como parte de su plan de respuesta.
La disminución en el precio de la gasolina se debe a la reducción de los costos de los productos derivados del petróleo, que ha sido más pronunciada que en el caso del diésel. El precio del barril de petróleo Brent ha disminuido desde los 95 dólares que alcanzó hace siete días y cotiza en torno a los 86 dólares. Esto se produce después de que la OPEP+ decidiera mantener los recortes en sus exportaciones hasta al menos el final del año.
A pesar de que el déficit de producción debería impulsar los precios, la preocupación por una desaceleración de la demanda en un contexto de tasas de interés elevadas, como han anunciado los bancos centrales de EE. UU. y la zona euro, está ejerciendo más presión sobre los precios de los carburantes.
En resumen, los precios de los combustibles están experimentando cambios, con una ligera disminución en el costo de la gasolina, pero un continuo aumento en el precio del diésel. Estos precios se mantienen por encima de los niveles previos al conflicto en Ucrania, aunque aún no han alcanzado los máximos registrados hace más de un año. La evolución de los precios de los carburantes depende de una serie de factores, incluida la cotización del petróleo, los impuestos y otros costos asociados.