El resurgimiento económico de Argentina se materializa a través del espectacular renacimiento de su industria petrolera, impulsado por el formidable yacimiento de Vaca Muerta. Este hito no solo marca un punto de inflexión en la producción nacional de crudo, sino que también representa un catalizador crucial para el crecimiento económico del país, en un contexto de precios al alza en el mercado petrolero internacional.
La industria petrolera argentina ha experimentado un resurgimiento significativo, propulsada por los altos precios del crudo y la inversión sostenida en los últimos años. Actualmente, Argentina está generando la mayor cantidad de petróleo en más de una década y media, gracias al renacimiento del yacimiento de Vaca Muerta. Este yacimiento, ubicado en la cuenca Neuquén en la Patagonia, es el motor principal detrás del auge petrolero del país.
Vaca Muerta, comparado a menudo con el prolífico yacimiento Eagle Ford en Texas, se ha convertido en una fuente crucial de petróleo no convencional. Se estima que este yacimiento alberga reservas de hasta 16 mil millones de barriles de petróleo de esquisto, situándolo entre las mayores reservas de hidrocarburos no convencionales del mundo. Su potencial ha atraído una atención significativa y ha revitalizado la industria petrolera argentina.
El impacto de Vaca Muerta en la producción nacional de petróleo es innegable. La cuenca neuquina, que alberga este yacimiento, ha pasado a representar una parte cada vez mayor de la producción petrolera argentina. En el primer trimestre de 2024, la producción de petróleo creció un 8.2% en comparación con el año anterior, marcando un hito que no se veía desde hace décadas.
El crecimiento exponencial de la producción de crudo en Argentina se refleja especialmente en Vaca Muerta. La extracción no convencional, que implica técnicas como la estimulación hidráulica o fracking, constituye ahora más del 75% de la producción en la cuenca neuquina. Este fenómeno ha llevado a un aumento récord en la actividad de fracturación en el yacimiento, superando los mil millones de barriles equivalentes de petróleo producidos desde que Repsol iniciara la perforación en 2010.
La rentabilidad del petróleo extraído en Vaca Muerta es notable, especialmente con los precios actuales del crudo por encima de los 80 dólares. Se estima que el costo de producción por barril en este yacimiento es de alrededor de 40 dólares, lo que ha llevado a una rentabilidad sustancial para la industria petrolera argentina.
Con casi la totalidad del petróleo no convencional argentino proviniendo de Vaca Muerta, se espera que la producción continúe aumentando en los próximos años. Las proyecciones optimistas sugieren que la producción diaria podría alcanzar el millón de barriles para el año 2030, consolidando aún más el papel de Argentina en el mercado petrolero internacional.