Las principales empresas eléctricas de España, Endesa, Iberdrola, Naturgy y EDP, han puesto sobre la mesa una exigencia millonaria: quieren ser compensadas con 10.000 millones de euros por el uso de sus redes. Esta demanda incluye además un incremento de 4.000 millones de euros anuales en concepto de peajes por el uso de las líneas de luz. Esta petición ha desatado una gran batalla en el sector energético, ya que de ella depende el lucrativo negocio de los centros de datos, cuya operatividad se vería directamente afectada por un eventual aumento en los costos de suministro eléctrico. La resolución de esta disputa tendrá un impacto significativo en el mercado energético y en la economía del país, ya que las decisiones que se tomen en torno a estos reclamos podrían tener repercusiones a largo plazo en la competitividad y el desarrollo de diversas industrias.
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