El Gobierno español y las compañías eléctricas se encuentran inmersos en negociaciones para acordar la prórroga de las centrales nucleares en el país. En este escenario, se plantea la posibilidad de una minipróroga para la central de Almaraz, la cual podría implicar que su cierre coincida con la planta de Ascó I. De retrasarse este reactor, se vería afectada la operatividad de Ascó II, generando un efecto dominó en el calendario de cierres programados.
La discusión no se centra en prolongar la vida útil de las centrales, sino en reajustar las fechas de cierre planificadas. Esta situación plantea desafíos tanto para las empresas eléctricas como para el Gobierno en términos de planificación energética y compromisos medioambientales.
El debate en torno a la energía nuclear en España continúa generando controversia y requiere de decisiones estratégicas que consideren tanto la seguridad energética como la sostenibilidad ambiental en el futuro del país.