Brasil pretende dinamizar su mercado petrolero, afectado por la recesión y el escándalo Petrobras, mediante licitaciones de exploración que podrían ser concedidas incluso a inversores ajenos a la actividad.
Las licitaciones, que se anunciarán en el segundo semestre, incluyen las concesiones de 287 campos petrolíferos, así como contratos de producción compartida en aguas profundas, llamadas presal.
El Congreso brasileño aprobó en noviembre la apertura a la iniciativa privada de yacimientos en el presal que hasta ese momento Petrobras controlaba con exclusividad.
La empresa se vio obligada a recortar considerablemente sus inversiones y a vender activos para enfrentar una deuda masiva relacionada con la red de sobornos descubierta en sus entrañas para financiar a partidos y políticos y también con la caída de los precios del crudo.
La ANP organizará en mayo y junio un «road show» para mostrar el potencial de las licitaciones, focalizándose en particular en grupos asiáticos, pero también de Europa y Estados Unidos.