En 1998 la producción de crudo en Brasil no alcanzaba el millón de barriles diarios, en tanto que en Emiratos Árabes Unidos (EAU) la fabricación excedía con creces los dos millones de barriles diarios. Pero, este 2023 se van a cambiar las tornas.
Brasil, mediante plataformas petroleras marítimas, adelanta la producción de petróleo de EAU por primera vez en la historia, lo que ya estuvo apunto de suceder en diciembre de 2022 y que podría estar ocurriendo en estos instantes. La inversión de Petrobras para propagar la producción de crudo confirma los recortes en los que se encuentra sumido Emiratos Árabes, que debe obedecer las cuotas de producción establecidas por la OPEP.
Conforme a las estimaciones de La Agencia Internacional de la Energía, EAU elaboró en diciembre 3,23 millones de barriles por día (mbd), en comparación a los cerca de 3,2 mbd que produjo Brasil. Para este año, se espera que el bombeo brasileño supere los 3,2 mbd en enero y siga creciendo hasta situarse a finales de 2023 en más de 3,6 mbd.
Emiratos Árabes Unido entró en la OPEP en el año 1967, es decir, es uno de los miembros más antiguos del cartel y el séptimo mayor productor del mundo de crudo. Actualmente, se tendrá que conformar con la octava posición.
En cambio, los recortes de la OPEP impedirán a Emiratos Árabes poner en marcha su capacidad de producción, ya que dispone de más capacidad para bombear, pero no lo hace para mantener los precios altos dentro de la estrategia de recortes de la OPEP. Esta situación particular originará un sorpasso histórico, de un país que ha tenido que buscar petróleo mar adentro a otro que puede extraerlo casi de la superficie y con uno de los breakeven menores del mercado (con el barril a 20 dólares, Emiratos Árabes ya consigue beneficios).
La empresa encargada de gran parte de la extracción de crudo en Brasil, Petrobras, indican en su página web que “con la tecnología y la perseverancia de nuestros colaboradores, superamos desafíos que antes parecían imposibles, como las aguas profundas de la Cuenca de Campos, en la década de 1970. Hoy, la producción en aguas presalinas profundas ya es una realidad consolidada. Nuestras actividades se centran en los yacimientos de petróleo de aguas profundas y ultra profundas de Brasil, que representan el 95% de nuestra producción total”.
Es decir, la gran parte de empresas de petróleo y gas, operan en sociedades empleando consorcios de exploración y producción en la exploración de bloques y la producción de campos petroleros en Brasil, esencialmente en aguas ultra profundas.
Lo que significa que Petrobras colabora con grandes empresas para empaparse de tecnología y conseguir extraer esas reservas de crudo a grandes profundidades en el mar con la mayor seguridad “la mayor parte de nuestras reservas de petróleo se encuentran en campos marinos, lo que ha llevado a nuestras actividades de perforación a alcanzar profundidades cada vez mayores”, afirman.
Luiz Inácio Lula da Silva, toma la posesión, mientras que Jean Paul Prates nominado a director ejecutivo de Petrobras, los inversores y la industria continúan expectantes para ver qué puede pasar con los planes estratégicos de la empresa. El senador Prates del estado de Rio Grande do Norte fue previamente secretario de energía e intentó impulsar proyectos de ley centrados en la energía eólica marina y de hidrógeno verde, también propuestas para la captura y almacenamiento de carbono. Además, estuvo involucrado en el diseño de licencias extraterritoriales basado en concesiones, así garantizaba la AIE dentro del informe mensual.
Aunque, el Gobierno de Brasil adoptará, seguramente, una postura pragmática. Brasil es una economía en desarrollo, pendiente de crecer para lograr unos estándares de vida decente. Desaprovechar el ‘tesoro’ del petróleo podría ser rechazado en una sociedad con una renta de cápita de 7.600 dólares, menos de un tercio que en España.
“Existe la expectativa de que Prates comience a cambiar de estrategia de Petrobras hacia una similar a las grandes petroleras europeas, como Shell, Eni, Total, Equinor, BP y Repsol. Pero una transición estratégica iría acompañada de pragmatismo a corto plazo, ya que Prates y Lula son muy conscientes del importante papel que juegan los hidrocarburos en los ingresos del gobierno. Además, 13 de los 18 buques flotantes de almacenamiento y descarga de producción (FPSO) en el último plan de negocios de Petrobras ya han logrado la aprobación de la decisión final de inversión (FID)” apuntan desde AIE.
A pesar de ello, en su último plan de negocios, Petrobras anunció 64.000 millones en el curso de los próximos cinco años para poner línea esos 18 FPSO (Floating Production, Storage and Offloading), y se confía en otros 13.000 millones para el año 2023. Se pronostica que estos proyectos, también del inicio de Mero 1 el año pasado y el reinicio de Peregrino de Equinor (tras 26 meses de inactividad), incrementen la producción en 420.000 barriles por día de media este año, conduciendo la producción de Brasil a un nuevo récord histórico por segundo año.