En esta etapa en la que vivimos un cambio en el equilibrio de poder dentro de Europa, el miércoles los dirigentes de España y Alemania se comprometieron a fortalecer su alianza y su plan para construir un nuevo gasoducto transpirenaico, por encima de la objeción de Francia.
Olaf Scholz, canciller alemán, y Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, se reunieron en A Coruña, esto supone la primera de las juntas bilaterales entre ambos países desde hace nueve años, lo que ha llevado a un plan de acción conjunto que hace énfasis en una cooperación más estrecha, particularmente en materia de energía y seguridad.
Además, los dos líderes socialdemócratas que gobiernan la primera y cuarta economía de la Unión Europea, durante una rueda de prensa conjunta, quitaron importancia a sus diferencias sobre cómo encaminar la crisis energética de Europa después de la guerra de Ucrania.
La cumbre se ofició en una etapa en la que el tradicional eje franco-alemán de la Unión Europea parece titubear, y en el que Italia ha optado por un Gobierno más derechista desde la Segunda Guerra Mundial.
Scholz añadió que “nuestras relaciones son excepcionalmente estrechas y consistentes”, durante la rueda de prensa conjunta con Sánchez en el norte de España, donde viajó con una extensa delegación que comprendía a sus ministros de Economía, Exteriores y Hacienda.
“En los asuntos europeos, cuando España y Alemania caminan de la mano, hay una gran potencia para desbloquear acuerdos y avanzar en la integración”, afirmó Sánchez.
El plan de acción, mencionado durante el miércoles, indica que los países “seguirán presionando para lograr una mayor capacidad de interconexión de la península ibérica con el fin de mejorar su contribución a la seguridad de suministro del conjunto de la UE”.
“La construcción de un gasoducto lo suficientemente grande y preparado para el hidrógeno a través de los Pirineos, que esté operativo en 2025, es de vital importancia para lograr un mercado interior de la energía verdaderamente sólido dentro de la UE, acelerar la transición ecológica y reforzar la autonomía estratégica de la UE”.
En la rueda de prensa siguiente, Scholz comunicó que no tiene la impresión de que Francia haya desechado el gasoducto.
Es por lo que se refirió al escepticismo francés, indicando que “algunas conexiones quizá no sean económicas todos los días, pero pueden llegar a serlo”.
Asimismo, España y Alemania determinaron reforzar su cooperación en materia de defensa, aun cuando los dos líderes manifestaron que no hablaron sobre el tema de un escudo antimisiles europeo encabezado por Alemania, ya que este tema no estaba en la agenda.
El plan de acción en su versión final no incluye una mención en un borrador anterior a la “defensa aérea” común.
Scholz precisó que Alemania quiere construir el escudo de cuatro niveles, utilizando su fondo especial de 100.000 millones de euros (99.000 millones de dólares) para el ejército.
Por otro lado, Scholz abogó su plan de 200.000 millones de euros para enfrentarse al impacto del crecimiento de los precios de la energía. Pero, no todo ha sido positivo puesto que ha provocado las críticas de socios de la UE, que culpan a Alemania de aprovechar recursos económicos que no están a disposición de sus vecinos, lo que podría provocar la competitividad de otros miembros del bloque.
Él mismo, afirmó que otros países estaban poniendo a disposición paquetes de ayuda y que Alemania está actuando de forma intensa para mejorar la seguridad energética de toda la región, con esfuerzo como nuevas terminales para importar gas natural licuado.
El presidente del Gobierno español, no juzgó a Alemania por sus planes, pero precisó la importancia de preservar la igualdad de condiciones para que no exista mayor disparidad económica entre países cuando finalice la crisis.