La situación actual no solo afecta a los hogares e industrias, también a universidades que ante las dificultades están tratando de encender la calefacción y la luz durante menos horas, y además han colocado paneles solares, para hacer frente a las elevadas facturas.
El Ministerio de Universidades se ha puesto de acuerdo con el de Transición Ecológica para tomar medidas, pero el 80% de la financiación de las universidades depende de las comunidades autónomas. Esperan impacientemente una reunión para tratar estos temas.
La CRUE, que agrupa la mayoría de universidades, reconoce que va a ser complicado sobre llevar las subidas de precio de energía y que las medidas de ahorro “solo servirán para minorar un impacto que puede alcanzar un incremento del 60% del coste inicialmente previsto”.
El Consejo de Estudiantes Universitarios del Estado asegura que las facultades donde, debido a que los sistemas de calefacción se encuentran apagados para ahorrar, “muchos profesores han optado por suspender las clases ya que las condiciones no son adecuadas para la docencia”.
También, en el grado de Bellas Artes los estudiantes han encontrado nuevos obstáculos para su aprendizaje ya que los modelos se han negado a desnudarse por el frio o los mismos estudiantes no podían “mantener el pulso adecuado a la hora” de dibujar. “Situaciones similares se han dado en un amplio abanico de titulaciones, de diferentes grados de experimentalidad” afirmaba Ceune.
Por otro lado, en Cataluña existen ocho universidades públicas que consiguen energía tanto electricidad como gas mediante el Consorcio de Servicios Universitarios de Cataluña, lo que posibilita acceder a un precio tres veces por debajo al de mercado. Pese a esta condición, las universidades han trasladado su preocupación a la Generalitat, a la que han solicitado un plan de choque con fondos adicionales en el marco de la negociación del presupuesto de 2023.
La Universidad de Barcelona, con unos 62.000 alumnos aproximadamente es la que más estudiantes tiene de la comunidad catalana, pronostica un sobre coste de 19 millones de euros, lo cual cree que podrá superar tomando medidas para reducir el impacto. Luego, la Universidad de Lleida considera que pasará de pagar 1,6 millones a 6,6 millones, lo que es inasumible.
Y, la Politécnica de Cataluña que ha calculado que durante el 2023 el peor escenario que podría presentarse es que la luz se multiplique por 5,74 y el gas 7,45 respecto al precio de 2022. Igualmente, aprobó hace dos semanas un programa de emergencia climática, el cual contiene que llegado el momento sustituiría las calderas de gas por sistemas más eficientes, mejoraría el aislamiento y ubicaría vinilos reflectantes en las ventanas o en el caso de estar en mal estado las sustituirán.
También, mantendrá la climatización en un máximo de 19ºC y en el caso de no poder controlarlo se pondrá la calefacción desde las 6:00 hasta las 10:00 y de 16:00 a 18:00 en invierno, junto con un seguimiento en fin de semana o festivos para ajustarlo según la ocupación del espacio.
Entre tanto, en la Comunidad de Madrid, la Universidad de Alcalá de Henares ha decidido sustituir las luminarias, instalar placas solares, renovar las calderas y mejorar las cubiertas y aislamientos. Lo que supondrá que durante este año su factura ascienda a 2,9 millones de euros y en 2023 ascenderá a 7,4 millones, lo que indica una diferencia de 4,5 millones en su contra.
En el mes de abril, la Universidad Autónoma inició el proyecto “Desconecta la luz”, el cual implica no usar calefactores individuales, reducir el tiempo de ventilación y no usar el ascensor. Adicionalmente, ha ajustado el horario de alumbrado exterior, reducción del horario de la calefacción y unificación de los servicios en el mismo edificio durante festivos.
Y es que al final, aunque la Comunidad de Madrid ha decidido proporcionar 25 millones de euros a repartir de forma proporcional entre las seis universidades madrileñas, el importe perteneciente a la UAM afirma que no cubrirá el incremento del coste para 2022, ya que, la previsión asciende a 12,6 millones, lo que significa un alza de 8,3 millones sobre el gasto de electricidad en 2021.
La Universidad Rey Juan Carlos adecuará el horario de climatización, las luces solo se encenderán en zonas en uso o que no tengan suficiente luz natural y disminuirán la iluminación en zonas generales por la tarde-noche. Además, dispone de un proyecto para instalar placas fotovoltaicas y un sistema de climatización más eficiente. Lo que hará que pase de un presupuesto de 3 millones a 8.
La Politécnica de Madrid, aparte de aplicar la ley de eficiencia energética, que impone que la temperatura máxima sea de 19º, esta estudiando nuevas tarifas, instalando paneles solares y mejorando el aislamiento. Aun así, su factura crecerá 10 millones.
En la Complutense el gasto de energía en 2022 será semejante al de 2021, “gastamos igual en gas y electricidad. Unos 5 millones en total de enero a septiembre. A finales de año seguramente se incremente el gas, pero es asumible” así informaban a EFE.
Por último, en la Universidad de Huelva (UHU) ha dispuesto de un plan de ahorro de un 20% en comparación a 2021. María Antonia Peña, rectora de la universidad, considera que si se mantiene el mismo consumo pasarán de un millón de euros a dos en el año 2023. “De alcanzarse esta previsión, la estabilidad económica de nuestra Universidad se vería gravemente comprometida”, es por lo que se ven en la obligación de adoptar medidas, ha destacado Peña, igualmente ha solicitado a la Junta una financiación para absorber el impacto.