La petrolera estatal mexicana se hunde en las pérdidas y no cumplirá el compromiso que adoptó con Feijóo de encargar seis nuevos buques a los astilleros gallegos. Pemex no puede pagar los dos ‘floteles’ ya construidos en Barreras y Navantia, que se quedarán en dique seco hasta nueva orden.
La petrolera estatal mexicana Pemex está al límite. En un contexto de bajos precios del crudo, asfixiada por las fuertes pérdidas (40.000 millones de dólares en 2015) y un elevado endeudamiento (su pasivo ronda los 130.000 millones de dólares), la compañía que ahora dirige José Antonio González Anaya ha tenido que poner en marcha un plan de reestructuración de flota que podría hacer mucho daño al sector naval gallego.
Pemex no sólo no va a poder cumplir el compromiso al que llegó en 2013 con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez-Feijóo, sino que además no dispone de liquidez para saldar los pagos de los dos ‘floteles’ (barcos-hotel de servicio a los empleados de las plataformas petrolíferas) ya construidos en Vigo yFerrol.
La compañía no dispone de liquidez suficiente para sufragar los pagos pendientes de dos buques ya construidos en Vigo y Ferrol y pide aplazar sus botaduas
La dirección de la compañía ha pedido tanto al astillero Hijos de J. Barrera de Vigo, del que controlan un 51%, como a la empresa pública Navantia (Ferrol) que ralenticen el ritmo de trabajo para terminar sendos ‘floteles’ para posponer las fechas de entrega de los mismos, previstas para este mismo año.
González Anaya ha reconocido que la compañía no cuenta con tesorería para abonar la parte pendiente del coste de los dos barcos, de 150 millones de euros cada uno, que habría de efectuarse tras la botadura. Es más, el máximo ejecutivo de Pemex ha pedido a los responsables de los dos astilleros que si hay alguna opción alternativa de venta de esos dos ‘floteles’, la compañía estaría dispuesta a deshacerse de ellos.