Los trabajadores afiliados a diferentes sindicatos de diez refinerías y plantas de productos químicos en Estados Unidos comenzaban este mismo lunes una huelga para demandar un nuevo contrato con las compañías petroleras.
La medida, la primera en apoyo de un pacto nacional desde 1980, afectaba a importantes instalaciones que representan juntas un 10% de la capacidad de refinación del país norteamericano.
Una de las plantas, Martinez, de Tesoro Corp y con capacidad de 166.000 barriles por día, detenía sus operaciones en medio de trabajos de mantenimiento planificado.
Las otras refinerías parecían continuar funcionando normalmente debido a que los operadores iniciaron planes de contingencia.
La gasolina en Estados Unidos y los precios del diésel subían el lunes por las preocupaciones sobre el suministro, mientras que el crudo avanzaba.
Las conversaciones entre los sindicatos y las petroleras se interrumpieron en medio de una caída de los precios del crudo, que bajó casi un 60 por ciento desde junio llevando a las compañías a disminuir sus gastos.