Todas las estaciones de servicio de Portugal están obligadas desde el día de hoy a comercializar combustibles simples, que no contienen aditivos y son más económicos, para cumplir con una ley que ha suscitado polémica entre las petroleras.
La nueva norma, aprobada en el Parlamento por unanimidad el pasado diciembre, irá en beneficio de los consumidores y pretende garantizar su libertad de elección a la hora de elegir qué tipo de combustibles utilizar, según explicó entonces el Gobierno.
No obstante, las petroleras avisaron de que, pese a que estos combustibles son más baratos de producir porque no llevan aditivos, la diferencia de precio será poco significativa, y la adaptación de sus estaciones de servicio a la nueva legislación les ha supuesto además un coste adicional.
Desde España esta ultima afirmación realizada por las petroleras no se entiende muy bien ya que en España esa diferencia supuesta en la calidad del producto es la disculpa de las mismas operadoras para explicar que sus combustibles cuesten entre 8 y 13 céntimos mas caros que los de las gasolineras Low Cost, el gobierno luso termina de un plumazo con esa discusión, todas las gasolineras del país utilizaran el mismo combustible eliminando la totalidad de las disculpas utilizadas por los grandes operadores hasta el momento.
El ministro luso de Energía, Jorge Moreira da Silva, aseguró hoy que los primeros datos sobre la venta de combustibles sin aditivos apuntan a un ahorro de tres céntimos de euro por litro, y espera que el beneficio pueda ser mayor en el futuro.