Un juez considera que una filial de la empresa española usó tácticas similares a las que provocaron el colapso de Enron y propone una multa de 330 millones de euros
La compañia española Iberdrola, está com probando la dureza regulatoria de los EE.UU en propias carnes, seestsan viendo obligados a activar toda su maquinaria legal a trabajar para intentar anular la sanción que plantea la Federal Energy Regulatory Commission , el organismo que supervisa el comportamiento de los precios de la electricidad. Según fuentes oficiales, el juez Steven A. Glazer ha determinado que la empresa española y Shell Energy North America alteraron artificialmente la cotización de la luz en el mercado mayorista, lo cual supuso un encarecimiento muy elevado de la factura para los consumidores en el estado de California. Para el grupo dirigido por Sanchez Galan supondría la mayor multa de su historia.
La conclusión del juez es que “el público fue claramente, palpablemente y seriamente golpeado por la crisis de la energía” debido a las alteraciones que Iberdrola y Shell introdujeron en el mercado. Hasta el punto de que los clientes de la empresa española pagaron entre dos y tres veces más por la luz, mientras que los del grupo anglo-holandes tuvieron que hacer frente a una factura entre cuatro y seis veces más cara, según expone el juez Glazer .
Debido a estas irregularidades, el juez de la FERC propone sancionar a Iberdrola con 371 millones de dólares, unos 320 millones de euros, al tiempo que impone una multa de 779 millones de dólares (691,4 millones de euros) a Shell. La propuesta de sanción del juez de la FERC, que puede ser recurrida por ambas empresas, está basada en una acusación de manipulación del mercado de la electricidad entre 2000 y 2001 que tuvo unas graves consecuencias para los consumidores del estado de California. No solo por el encarecimiento de la factura, sino porque también sufrieron severos cortes de luz.
Pero las acusaciones de Glazer son graves porque considera que, tras escuchar conversaciones entre los brókers de Iberdrola y Shell, ambas compañías usaron la misma táctica que provocó el colapso de Enron hace unos años.