En un paso audaz hacia la sostenibilidad, Repsol lanza una gasolina revolucionaria, elaborada con tecnología de biocombustibles avanzados y sin una gota de petróleo. Este avance no solo ofrece emisiones de CO2 neutras, sino que también plantea una alternativa viable y realista para reducir la huella ambiental en el transporte. Descubre cómo Repsol se posiciona a la vanguardia con su visión de más de 600 estaciones de servicio con combustibles renovables para fines de 2024, en un firme compromiso hacia la transición energética y la meta de ser una empresa de cero emisiones en 2050.
La reducción de emisiones en el transporte ha estado centrada principalmente en la electrificación, sin embargo, la Unión Europea ha allanado el camino para la exploración de tecnologías alternativas, siempre y cuando no generen emisiones en el escape.
En este contexto, los combustibles sintéticos, también conocidos como e-fuels, surgen como una posible alternativa a la electrificación exclusiva, siempre y cuando los líderes políticos europeos y los fabricantes respalden esta opción. Estos combustibles, aún no producidos a gran escala, se elaboran a partir de hidrógeno verde, capturando en igual medida el CO2 emitido durante su combustión, lo que los hace esencialmente neutros en emisiones de CO2.
Aunque los combustibles sintéticos plantean desafíos en términos de disponibilidad, precio y aceptación en entornos urbanos debido a las emisiones de NOx, una solución más inmediata y realista es la adopción de biocombustibles avanzados. Estos combustibles, derivados de residuos orgánicos como aceites vegetales, restos de poda y cáscaras de frutos secos, ofrecen una alternativa libre de petróleo, principalmente asociada al diésel.
En un paso significativo hacia esta dirección, Repsol ha lanzado al mercado una gasolina fabricada con tecnología de biocombustibles avanzados. Esta gasolina, elaborada a partir de residuos de biomasa, la industria agroalimentaria y aceites de cocina usados, presenta emisiones de CO2 neutras, ya que se captura el CO2 emitido durante su combustión. Denominada provisionalmente como «100% renovable», esta gasolina se distingue por tener emisiones de NOx significativamente inferiores a las de los motores diésel.
El proceso de creación de esta gasolina sin petróleo implica el uso de residuos de aceite y hidrógeno verde en el laboratorio de Repsol Technology Lab en Móstoles, Madrid. Los residuos se almacenan y combinan con hidrógeno verde producido en una planta cercana, generando biocombustibles avanzados adecuados para todo tipo de vehículos, incluyendo camiones y otros medios de transporte.
Aunque actualmente esta gasolina renovable solo está disponible en tres estaciones de servicio de Repsol en Madrid como un proyecto piloto, representa un avance concreto hacia combustibles más sostenibles. El precio de esta gasolina renovable es de 1,815 euros por litro, apenas 15 céntimos más caro que la gasolina 95 y al mismo precio que la gasolina 98.
Repsol planea extender esta iniciativa y tener más de 600 estaciones de servicio con combustibles renovables para fines de 2024. Esta estrategia se alinea con el objetivo de Repsol de convertirse en una empresa con cero emisiones para el año 2050. Además, la compañía tiene planes para construir plantas de producción de biocombustibles avanzados, utilizando residuos orgánicos, que se sumarán a las que ya están en funcionamiento, contribuyendo significativamente a la producción de más de dos millones de toneladas de combustibles renovables para 2030.
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