Tregua entre Irán e Israel: el petróleo respira, pero el riesgo persiste

Tregua entre Irán e Israel: el petróleo respira, pero el riesgo persiste

Read Time:5 Minute, 45 Second

24 de junio de 2025 – El sector energético mundial ha experimentado una jornada de respiro tras días de extrema tensión. El presidente de Estados Unidos anunció ayer un acuerdo de alto el fuego entre Irán e Israel, lo que desencadenó una caída inmediata en los precios del crudo, devolviendo cierta calma a los mercados tras una semana de amenazas, ataques y especulación sobre el posible cierre del estrecho de Ormuz.

Aunque los mercados han reaccionado con alivio, las señales contradictorias desde Teherán, donde algunos altos cargos han negado la existencia de un acuerdo formal, mantienen la incertidumbre activa. A pesar del descenso de los precios, la situación sigue siendo volátil y la amenaza sobre las rutas estratégicas de suministro energético no ha desaparecido.


Contexto de la crisis

En las últimas semanas, las tensiones entre Irán e Israel escalaron significativamente tras una serie de ataques cruzados que, si bien no causaron daños estructurales mayores, pusieron en alerta al sistema de seguridad energética global. El epicentro de la preocupación ha sido, como en otras ocasiones, el estrecho de Ormuz: una franja de mar de apenas 39 kilómetros por la que transita el 20 % del comercio mundial de petróleo y el 25 % del gas natural licuado.

Ormuz es el cuello de botella más sensible del planeta en términos de seguridad energética. Irán ha amenazado en múltiples ocasiones con su bloqueo en caso de conflicto abierto con potencias occidentales o con Israel, lo que generó un fuerte aumento en la prima de riesgo del crudo durante la pasada semana.

En respuesta a estos riesgos, los precios del Brent escalaron por encima de los 74 dólares por barril, y algunos analistas pronosticaban un repunte hacia los 90 dólares en caso de ruptura de suministros. Sin embargo, el anuncio del alto el fuego ha provocado una rápida corrección del mercado, con el Brent cayendo cerca de un 3 %, hasta situarse en los 69,40 dólares, y el West Texas Intermediate (WTI) descendiendo hasta los 66,48 dólares por barril.


El anuncio del alto el fuego

Según el presidente estadounidense, Irán aceptó detener las hostilidades con efecto inmediato, mientras que Israel lo haría 12 horas después. Este anuncio fue recibido inicialmente como un logro diplomático por los mercados, provocando la venta masiva de contratos de futuros de petróleo y reduciendo momentáneamente las tensiones en las bolsas internacionales.

Sin embargo, a las pocas horas, el ministro de Exteriores de Irán desmintió públicamente la existencia de dicho acuerdo, asegurando que Teherán no había suscrito ningún compromiso formal de cese de hostilidades. Esta contradicción generó escepticismo en los mercados, aunque los precios no recuperaron sus niveles anteriores, lo que evidencia una percepción generalizada de que, al menos, la posibilidad de una escalada inminente se ha disipado temporalmente.


Reacción de los mercados

Los mercados energéticos, extremadamente sensibles a cualquier alteración geopolítica, han mostrado una doble lectura de la situación. Por un lado, el descenso de los precios indica que la presión especulativa bajista ha ganado fuerza. Por otro, la volatilidad permanece presente, con una alta probabilidad de que nuevos episodios de tensión revivan el temor a una interrupción del suministro.

Los analistas coinciden en que, en ausencia de una verificación concreta del alto el fuego, la prima de riesgo no desaparecerá completamente. “Un desmentido tan frontal desde Irán deja claro que estamos en una tregua muy frágil. El petróleo aún cotiza con un ojo puesto en los misiles y otro en las declaraciones diplomáticas”, afirma un analista de materias primas con sede en Londres.


¿Qué pasaría si se cerrase Ormuz?

A pesar de que por el momento no hay indicios de que Irán bloquee el estrecho de Ormuz, el riesgo permanece latente. Según estimaciones de Goldman Sachs, una interrupción de solo tres semanas en Ormuz podría provocar un salto del Brent hasta los 100 dólares por barril, en un escenario de pánico similar al vivido durante la crisis del canal de Suez en 2021.

Además del petróleo, el gas natural licuado (GNL) procedente de Catar, Emiratos y Kuwait también atraviesa esa vía. En consecuencia, los precios del gas natural en Europa también están expuestos a esta inestabilidad, lo que afectaría directamente al coste energético de países como España, Italia o Grecia.


Impacto en España

En el caso español, la caída temporal del crudo es un alivio, pero no resuelve el problema estructural de dependencia energética. España importa más del 95 % del crudo que consume, y aunque ha diversificado su matriz de aprovisionamiento en los últimos años, el sistema sigue siendo vulnerable a los cambios internacionales de precios.

En la última semana, los precios de los carburantes en España subieron un 0,92 % en el caso de la gasolina y un 1,16 % para el gasóleo, situándose en 1,496 y 1,400 €/l, respectivamente. Esta escalada se vio amortiguada tras el anuncio del alto el fuego, pero podría reactivarse si la tregua se rompe o si se producen nuevas tensiones en Ormuz.

Además, el mercado eléctrico español también se ve afectado indirectamente. Aunque España produce una parte significativa de su electricidad a partir de renovables, el gas natural sigue desempeñando un papel clave en la cobertura de la demanda en picos de consumo y en la formación del precio marginal del mercado eléctrico. Un aumento en el precio del GNL por tensiones en Ormuz repercutiría en la factura eléctrica de millones de hogares y empresas.


¿Se mantiene la estabilidad?

La respuesta depende de los próximos movimientos diplomáticos. Si el alto el fuego se formaliza mediante canales oficiales y se establecen mecanismos de verificación internacional, la confianza podría restaurarse en los mercados y los precios estabilizarse o incluso seguir bajando.

Sin embargo, si la situación vuelve a tensarse o si los ataques cruzados continúan, el petróleo volverá a ser rehén de la incertidumbre geopolítica, con consecuencias impredecibles sobre los flujos comerciales, las reservas estratégicas y la evolución de los precios de la energía.

Los expertos coinciden en que, aunque el mercado ha reaccionado positivamente, la desconfianza sigue latente. Las tensiones entre Irán e Israel no son nuevas, pero la posibilidad de un conflicto directo y prolongado nunca había sido tan real desde hace años.


Conclusión

El anuncio de un alto el fuego entre Irán e Israel ha traído una dosis de optimismo a los mercados energéticos globales, reflejada en la caída de los precios del petróleo. Sin embargo, las declaraciones contradictorias desde Teherán y la fragilidad diplomática del acuerdo impiden dar por resuelta la crisis. Mientras el estrecho de Ormuz siga bajo amenaza, el sector energético mundial y especialmente economías como la española seguirán expuestas a un escenario de alta volatilidad, dependencia e incertidumbre estratégica.

La calma, por ahora, es transitoria. El futuro inmediato depende más del equilibrio político en Oriente Medio que de la oferta y la demanda física de crudo. Y en este contexto, la energía ha vuelto a ser un instrumento geopolítico tanto como un recurso económico.

Happy
Happy
0 %
Sad
Sad
0 %
Excited
Excited
0 %
Sleepy
Sleepy
0 %
Angry
Angry
0 %
Surprise
Surprise
0 %