La OPEP está dispuesta a asumir un coste del petróleo más barato, aún arriesgándose a una guerra de precios con la que pretende obstaculizar la producción de esquisto en Estados Unidos y la alternativa que habría encontrado en ella la principal economía del mundo gracias a la técnica del fracking. La postura de Arabia Saudí se enfrenta a la de otros países que sí han pedido un recorte de producción como Venezuela, Ecuador o Libia.
Y si la producción continúa siendo la misma con una menor demanda, no hay manera de frenar el descenso del precio del petróleo. Tanto es así que se estima un descenso hasta los 70 dólares el barril.
Estas caídas del precio del petróleo provocan una reducción en los costes de producción de las empresas y por lo tanto también debería producirse un abaratamiento del precio de la gasolina para los consumidores,Pero la rebaja en el precio de la materia prima no se suele trasladar en la misma proporción al precio de la gasolina y el gasoil.
Los últimos datos del boletín petrolero de la UE apuntan a que en el actualidad el 51% del precio de venta al público de la gasolina de 95 octanos son impuestos, mientras que en el caso del gasóleo es del 46%. Aun así, los expertos auguran que el precio de la gasolina continuará bajando.
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