La economía española se adapta a la crisis energética y a la agitación geopolítica generada por el conflicto en Ucrania, reconfigurando su estrategia de adquisición de petróleo. La interrupción de las importaciones de crudo ruso y la necesidad de diversificación han llevado a España a expandir su red de proveedores hacia América Latina. Las importaciones de petróleo crudo de países de América del Sur y Central se han más que duplicado, consolidando a México como el principal proveedor. A medida que la industria petrolera mundial se ajusta a un nuevo escenario internacional, España encuentra oportunidades en nuevos mercados mientras se mantiene resiliente ante las turbulencias geopolíticas y energéticas.
La crisis energética y la agitación geopolítica desencadenada por el conflicto en Ucrania han ocasionado significativas transformaciones en la lista de naciones de las cuales España adquiere petróleo. En medio de la agitación comercial en el ámbito petrolero mundial, con todos los actores ajustándose al nuevo panorama internacional forjado por la incursión militar liderada por Rusia y su influencia en las relaciones globales, las compañías españolas han buscado abastecerse de países proveedores al otro lado del Atlántico para asegurar las importaciones de petróleo.
La economía española ha incrementado notablemente sus compras de petróleo en América Latina, estableciéndola como un nuevo mercado de suministro clave. Las importaciones provenientes de países de América del Sur y América Central han experimentado más que un doble aumento (+111%), mientras que las adquisiciones de crudo desde México han continuado en aumento (+17,5%) convirtiéndolo en el principal proveedor durante el último año. Esta tendencia se basa en los datos más recientes hasta junio proporcionados por la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores).
En respuesta a la crisis energética, España ha explorado nuevas fuentes de suministro que hasta ahora tenían una contribución marginal al conjunto de las importaciones. Durante el último año, las compras de petróleo crudo a Colombia han casi cuadruplicado su volumen, las adquisiciones de Brasil, que es un proveedor tradicional, se han incrementado un 45%, se ha reiniciado la importación desde Venezuela y se ha aumentado cuatro veces el suministro proveniente de Trinidad y Tobago.
Las naciones de América del Sur y Central han llegado a representar el 15,5% de todas las importaciones de petróleo crudo de España durante el último año, en comparación con el escaso 4,5% que constituían en 2021, el año previo al inicio de la invasión militar de Ucrania por parte de Rusia. Las compras procedentes de América del Norte (EE. UU., Canadá y México) han ascendido hasta el 27,2% del total en el último año, en contraste con el 23% que representaban antes del conflicto.
México ha asegurado su posición como el principal abastecedor de petróleo crudo para España, contribuyendo con el 12,1% del suministro total, superando a Estados Unidos (10,2%), Brasil (9%) y a tradicionales grandes proveedores como Arabia Saudita e Irak (ambos con el 7%). Previamente al conflicto, con datos al cierre de 2021, México ya ocupaba la posición de principal proveedor y aportaba el 13% del suministro nacional, sin embargo, Estados Unidos solo representaba el 7% de las adquisiciones de crudo y Brasil apenas alcanzaba el 3,7%.
La Unión Europea ha implementado durante el último año una serie de sanciones económicas y comerciales contra Rusia, diseñadas para afectar sus ingresos y obstaculizar el financiamiento de la intervención militar en Ucrania por parte del Kremlin. Estas medidas incluyen la prohibición de importar petróleo proveniente de Rusia, aunque el Gobierno de Vladimir Putin y las empresas energéticas del país han buscado vías alternas para eludir las sanciones a través de intermediarios.
En respuesta al inicio de la guerra, las compañías españolas han reducido drásticamente su dependencia del petróleo ruso y ya han pasado quince meses consecutivos sin importar crudo desde Rusia. Tras aumentar las importaciones en un 162% durante 2021, llegando a representar el 4,6% del suministro total del país, las compras comenzaron a disminuir en los meses posteriores, y desde mayo de 2022, no se ha registrado ningún suministro de crudo ruso en el mercado español, según los datos de Cores.
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