La CNMC detecta barreras de entrada en el mercado mayorista de combustibles que se traduce en altos precios de los productos petrolíferos en España.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha destacado que aún persisten «importantes barreras de entrada y expansión» para los nuevos operadores que quieren operar en el mercado mayorista de carburantes, lo que repercute en altos precios para los consumidores.
En un estudio sobre el mercado mayorista de carburantes de automoción en España, la CNMC subraya que la competencia en el sector «no es satisfactoria», a pesar de que los recientes cambios normativos han mostrado «ciertos avances» en la competencia en el mercado minorista de estaciones de servicio.
Según las conclusiones del informe, una de las principales causas que impiden la aparición y expansión de nuevos operadores petroleros es la propia estructura que ostentan los operadores tradicionales (Repsol, Cepsa y BP), presentes en toda la cadena de valor. A su juicio, esta situación favorece situaciones de concentración e integración vertical del mercado, donde tienen un poder de mercado significativo y no replicable.
La CNMC explica como los operadores petrolíferos con refinerías en territorio español «disfrutan de ventajas prácticamente irreproducibles para el resto de operadores, fruto de su integración vertical en el refino, el transporte, el almacenamiento primario y secundario y la distribución».
Adicionalmente, su influencia sobre la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores) y sobre las decisiones estratégicas de la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH), a través de su presencia en el consejo de la empresa y su accionariado, «dificultan aún más la competencia».
El estudio analiza también el impacto que esta integración vertical ha tenido sobre las importaciones de carburantes en España. El análisis realizado apunta a que, debido al reciente incremento de capacidad instalada y a la reducción de la demanda, «las importaciones habrían dejado de generar una mínima tensión competitiva que pudiese mitigar parcialmente los actuales resultados en precios, poco competitivos».
Por otro lado, el organismo que preside José María Marín Quemada considera que debería evitarse la influencia excesiva de los operadores con capacidad de refino en España sobre las decisiones estratégicas de Cores, la corporación de derecho público responsable de garantizar el mantenimiento de reservas de productos petrolíferos y el control de las existencias mínimas de seguridad para el suministro de hidrocarburos en España.
A este respecto, estima que el hecho de que la mayor parte de los costes de mantenimiento de la corporación Cores sean soportados, fundamentalmente, por los operadores mayoristas que no están integrados, «reduce sus márgenes y capacidad de expansión en el mercado español».
Por ello, el organismo realiza una serie de recomendaciones para reducir el poder de mercado de los operadores con capacidad de refino y mejorar la competencia en beneficio de los consumidores y empresas en España.
Limitar al 4,9% la participación en CHL
Así, en relación al operador logístico, CLH, la CNMC propone limitar al 4,99% del capital social la participación directa o indirecta en su accionariado de cualquier persona física o jurídica que realice actividades en el mercado de refino en España.
Asimismo, recomienda evitar totalmente la presencia de operadores con capacidad de refino en España en los órganos de decisión de CLH. Según la CNMC, estas medidas se encaminan a reducir los incentivos para adoptar una gestión de las infraestructuras de CLH que dé ventajas a los operadores con capacidad de refino frente al resto de operadores actuales y potenciales.
Igualmente, considera que la obligación de mantener las reservas mínimas de seguridad debería recaer sobre los operadores con capacidad de refino y los importadores de carburantes de automoción, liberando a los operadores mayoristas de dicha obligación.
Sin lugar a dudas la CNMC se propone llevar a termino los pasos que el sector debió dar hace varias décadas cuando el mercado se liberalizo, medidas que beneficiaran a los consumidores y sin duda a España en general al mejorar la competitividad de nuestro tejido industrial.