La aguda crisis de producción que enfrenta la petrolera estatal de Venezuela, PDVSA, ha resultado en una marcada disminución en las exportaciones de petróleo hacia Cuba durante el año 2023. Las cifras revelan un fuerte contraste entre los suministros de petróleo en septiembre y octubre, con implicaciones significativas para ambas naciones. A pesar de los esfuerzos por restablecer las relaciones comerciales, obstáculos como pagos por adelantado y problemas de calidad del petróleo continúan desafiando a PDVSA. La inestabilidad en los envíos y la crisis energética en Cuba se agravan a medida que se desvelan las complejidades de este escenario.
La grave crisis de producción que enfrenta la compañía petrolera estatal de Venezuela, PDVSA, ha tenido un impacto significativo en las exportaciones de petróleo a Cuba durante el año 2023. En octubre, las entregas de petróleo a la isla disminuyeron drásticamente, alcanzando su nivel más bajo del año, con solo 32,000 barriles de petróleo por día (bpd) llegando a Cuba.
Este marcado contraste con el récord de septiembre, que alcanzó los 86,000 bpd, representa una caída significativa en el suministro de combustible. A lo largo del año 2023, las exportaciones de petróleo a Cuba habían oscilado, con cifras que variaban desde 40,000 bpd en enero hasta 75,000 bpd en junio, e incluían diferentes variedades de petróleo crudo y combustibles.
Jorge Piñón, un investigador de renombre en el Instituto de Energía de la Universidad de Texas, informa que el promedio anual de las exportaciones de petróleo de Venezuela a Cuba durante los años 2021 y 2022 estuvo en el rango de 55 a 57 millones de barriles. Hasta octubre de 2023, las exportaciones acumuladas alcanzaron 56.8 millones de barriles, manteniéndose en línea con los valores históricos.
La inestabilidad en los envíos de petróleo de Venezuela a Cuba ha estado en el centro de una grave crisis de disponibilidad de combustible que el gobierno cubano anunció hace aproximadamente un mes y medio. En ambos casos, las autoridades cubanas atribuyeron la escasez a problemas en las entregas de los proveedores, sin especificar cuáles.
Recientemente, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, afirmó que Cuba había superado esta crisis, que se denominó «contingencia energética». Esto se produjo después de que la Unión Eléctrica Estatal (UNE) no informara sobre apagones debido a la falta de generación de energía durante una semana y el aumento en la llegada de buques de petróleo a los puertos cubanos. Sin embargo, pocos días después de este anuncio, se produjeron nuevas interrupciones en la generación de energía, y los apagones volvieron a afectar a la población cubana.
La caída en los envíos de petróleo a Cuba refleja la disminución de las exportaciones totales de petróleo de Venezuela. En octubre, las ventas cayeron a menos de 700,000 bpd, principalmente debido a problemas operativos en la principal región productora del país, a pesar de la flexibilización de las sanciones estadounidenses relacionadas con el negocio petrolero de Venezuela.
En un intento por recuperar sus relaciones comerciales, PDVSA comenzó a contactar a sus clientes tradicionales después de la flexibilización de las sanciones de Estados Unidos. Sin embargo, la demanda de la empresa de pagos por adelantado, la falta de licitaciones en el mercado abierto y los problemas de calidad del petróleo han obstaculizado el regreso de los clientes que realizan pagos en efectivo.
Además, una auditoría interna a principios de año que reveló pagos faltantes y llevó al arresto de funcionarios y empresarios ha complicado los esfuerzos de reorganización de PDVSA en su negocio comercial. En resumen, la crisis en la producción de petróleo de Venezuela y sus efectos en las exportaciones han creado una serie de desafíos tanto para Venezuela como para Cuba en términos de suministro de combustible y relaciones comerciales.
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