Moscú ha identificado 511.000 millones de barriles de petróleo, una cifra que duplica las reservas comprobadas de Arabia Saudí. El descubrimiento se localiza en la Antártida, un territorio donde la explotación de recursos está prohibida y cuya soberanía es reclamada por Reino Unido.
Rusia ha localizado las mayores reservas de petróleo conocidas en el mundo en una región prohibida. Barcos de exploración rusos han encontrado enormes cantidades de crudo y gas en la Antártida, un área donde la explotación de recursos está estrictamente prohibida. Según los tratados internacionales, las únicas actividades permitidas en esta zona deben estar relacionadas con la investigación científica. Este hallazgo se complica aún más debido a que el área es reclamada tanto por el Reino Unido como por Argentina, incrementando la tensión geopolítica.
La cuestión crucial es cómo Rusia ha descubierto estos vastos depósitos de petróleo a pesar de las restricciones. Según informes de Yahoo Finance y The Telegraph, barcos de «investigación científica» rusos han informado a Moscú sobre la existencia de reservas de 511.000 millones de barriles de petróleo, una cantidad que casi duplica las reservas de Arabia Saudí. Esta información fue presentada recientemente ante el Comité de Auditoría Ambiental de la Cámara de los Comunes del Reino Unido (EAC).
El hallazgo se realizó mediante estudios del barco Alexander Karpinsky, operado por Rosgeo (Russian Geological Exploration Holding), la agencia rusa encargada de identificar reservas minerales para explotación comercial. La Antártida está protegida por el Tratado Antártico de 1959, que prohíbe cualquier desarrollo mineral o petrolero. Los intereses del Reino Unido en la región son supervisados por el Ministerio de Asuntos Exteriores, que ha sido acusado de ignorar la crisis emergente.
El parlamentario británico David Rutley declaró la semana pasada que confiaba en las garantías rusas de que solo estaban realizando investigaciones científicas, afirmando: «Rusia ha reafirmado recientemente su compromiso con los elementos clave del tratado». Sin embargo, expertos en la región consideran que confiar en Rusia es ingenuo, señalando como evidencia la invasión rusa de Ucrania.
Klaus Dodds, profesor de geopolítica en el Royal Holloway College y experto en la Antártida, testificó que las actividades rusas se asemejan más a la prospección de petróleo y gas que a la investigación científica, según declaraciones a The Telegraph. «El Tratado Antártico enfrenta nuevos desafíos, especialmente por parte de Rusia y una China cada vez más asertiva».
«Rosgeo ha estado involucrado en estudios sísmicos y otros trabajos topográficos relacionados… Las actividades de Rusia deben interpretarse como una decisión para socavar las normas sobre la investigación sísmica, anticipando una futura extracción de recursos», agregó Dodds.
La Antártida ya era codiciada por sus riquezas naturales, pero ahora, con el descubrimiento de grandes cantidades de petróleo, lo será aún más. Los 511.000 millones de barriles de crudo superan significativamente las reservas de países como Venezuela, que cuenta con 303.000 millones de barriles, y Arabia Saudí, el mayor exportador de crudo, que posee 262.000 millones de barriles.
Rusia, que ha realizado este descubrimiento, cuenta con 80.000 millones de barriles de crudo recuperable. Las reservas de la Antártida podrían multiplicar por más de cinco las actuales reservas rusas, lo cual podría ser una fuerte tentación para Moscú. Teniendo en cuenta sus precedentes, como la anexión de Crimea y la invasión de Ucrania, Rusia podría sentirse con poder para intentar explotar este petróleo, desafiando las sanciones internacionales impuestas.
El descubrimiento y potencial explotación de estas reservas plantea serias preguntas sobre la efectividad y futuro del Tratado Antártico y las políticas internacionales para proteger una de las últimas fronteras vírgenes del planeta.
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