Debate sobre la prohibición de las calderas de gas en la Unión Europea: Industria del gas y defensores ambientales en conflicto

Debate sobre la prohibición de las calderas de gas en la Unión Europea: Industria del gas y defensores ambientales en conflicto

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El sector del gas se opone a la prohibición de las calderas en la UE, argumentando su confiabilidad. Los defensores del medio ambiente buscan fuentes de energía más limpias. El debate incluye costos, viabilidad de alternativas y adaptación. La decisión se conocerá el 27 de junio. En España, se promueven los gases renovables para la descarbonización y lucha contra el cambio climático para 2030.

El sector de la industria del gas ha mostrado su oposición a la posible prohibición de las calderas de gas en toda la Unión Europea a partir de 2029. En el marco de la revisión de las normas europeas de diseño ecológico, la Comisión Europea ha sometido a consulta un proyecto de acto de ejecución que pondría fin a las ventas de calderas de gas en el mercado europeo a partir de septiembre de 2029.

Esta medida forma parte de los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y abordar el cambio climático, acciones que se están llevando a cabo desde Bruselas. No obstante, los actores del sector del gas argumentan que las calderas de gas son una fuente de energía fiable y eficiente, y que su prohibición podría tener efectos negativos en la economía y el empleo.

Además, el sector del gas destaca que existen tecnologías de gas más limpias disponibles, como las calderas de condensación, las cuales pueden reducir significativamente las emisiones de carbono en comparación con las calderas más antiguas. De hecho, ante la incertidumbre, las ventas de este tipo de calderas han experimentado un aumento del 20 al 30%.

Por otro lado, se argumenta que la prohibición de las calderas de gas podría implicar un incremento en los costos para los usuarios, ya que tendrían que invertir en sistemas alternativos, como bombas de calor o calderas eléctricas, que podrían resultar más costosos de instalar y operar. Además, se menciona que la infraestructura de gas existente requeriría modificaciones considerables o incluso podría volverse obsoleta, lo que implicaría costos adicionales.

El sector del gas afirma que limitar una única opción tecnológica contradice el objetivo final de descarbonización. Si bien reconocen la viabilidad de las bombas de calor como alternativa, argumentan que no debería existir una única alternativa obligatoria.

En contraste, los defensores de la prohibición sostienen que es necesario acelerar la transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones y frenar el calentamiento global. Señalan que existen alternativas viables, como las bombas de calor y las calderas eléctricas, que pueden funcionar de manera eficiente y contribuir a la descarbonización del sector de calefacción.

El debate sobre este tema tuvo lugar durante la segunda y aparentemente última sesión del foro de intercambio de opiniones entre los veintisiete países miembros, en preparación para la votación definitiva.

Fuentes cercanas a las conversaciones entre países aseguran que han llegado a puntos en común, como la solicitud de plazos más flexibles por parte de Bruselas para una adaptación, proporcionando flexibilidad a los Estados miembros para elegir la mejor opción entre las alternativas a las calderas de combustibles fósiles. También se considerarían las características propias de cada país, como el clima, la situación económica y el parque inmobiliario, a la hora de llevar a cabo esta transición.

La decisión final se espera que se anuncie el próximo 27 de junio, tras una reunión el día 20 para que el Consejo y el Parlamento tengan una idea de la posición sobre la propuesta legislativa presentada.

En cuanto al sector de la calefacción en España, la semana pasada se hizo un llamamiento a la adopción de medidas de eficiencia energética mediante la rehabilitación de viviendas y la utilización de gases renovables, como el biometano, en los sistemas de calefacción. Esto se hace con el fin de alcanzar los objetivos de descarbonización y lucha contra el cambio climático propuestos por la Unión Europea para 2030.

Según organizaciones como Sedigas (Asociación Española del Gas), CONAIF (Confederación Nacional de Asociaciones de Instaladores y Fluidos), FEGECA (Asociación de Fabricantes de Generadores y Emisores de Calor) y AMASCAL (Asociación de Distribuidores, Mayoristas y Almacenistas de Climatización, Saneamiento y ACS), el desarrollo y uso de los gases renovables resultan indispensables para lograr dicho objetivo, ya que pueden aprovechar la infraestructura existente y no requieren la sustitución completa del equipamiento doméstico.

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