La nación norteamericana se encamina a alcanzar una marca sin precedentes en la extracción de crudo, proyectando 13.3 millones de barriles diarios. A pesar de debates sobre el cambio climático, las políticas energéticas y la controversia en torno a la administración Biden, la robusta producción se erige como un factor estabilizador en los precios globales del petróleo, desafiando expectativas y reconfigurando el panorama energético internacional.
El informe destaca que Estados Unidos está a punto de establecer un récord mundial en la producción de petróleo, proyectando alcanzar los 13.3 millones de barriles diarios de crudo y condensado en el cuarto trimestre de este año. Esta cifra situaría a Estados Unidos como el mayor productor de petróleo en la historia, liderado principalmente por los perforadores de petróleo de esquisto en la Cuenca Pérmica de Texas y Nuevo México.
La sólida producción ha contribuido a estabilizar los precios del petróleo crudo y la gasolina, incluso permitiendo que Estados Unidos exporte volúmenes comparables a los de Arabia Saudita o Rusia. A pesar de las críticas a las políticas energéticas del presidente Joe Biden, que algunos consideran limitadoras para la nueva producción, la realidad es que la producción de petróleo en el país está en niveles históricos.
Sin embargo, las críticas persisten, especialmente en medio de debates sobre el cambio climático y el futuro de la industria petrolera. Aunque la caída de los precios de la gasolina ha proporcionado alivio frente a las presiones inflacionarias, las políticas de Biden han sido objeto de controversia. Por ejemplo, la aprobación del proyecto de perforación petrolera Willow en Alaska ha generado críticas de grupos preocupados por el medio ambiente.
Es interesante destacar que, a pesar de la producción récord, el gobierno de Biden ha modificado su postura sobre la producción de combustibles fósiles, adoptando una política más pragmática en respuesta a las altas fluctuaciones de precios de la gasolina, en particular, mediadas por eventos como la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
A nivel internacional, la producción récord de Estados Unidos está compensando los recortes de suministro por parte de la OPEC+, y se prevé que influirá en las estrategias globales de energía y precios en los próximos años. Aunque las políticas energéticas están en el centro del debate político, es importante señalar que la producción de petróleo en Estados Unidos está determinada en gran medida por el mercado libre, con limitado control directo por parte del gobierno.