Estados Unidos y Venezuela alcanzan un acuerdo para levantar sanciones a cambio de elecciones competitivas.
La Administración de Joe Biden y el Gobierno de Nicolás Maduro han llegado a un acuerdo que implica que Estados Unidos levantará las sanciones impuestas a la industria petrolera de Venezuela a cambio de que el Gobierno de Caracas permita la celebración de elecciones competitivas con observadores internacionales en el próximo año. Esta información fue adelantada por ‘The Washington Post’, citando fuentes anónimas que están familiarizadas con las negociaciones.
El anuncio oficial de este pacto se llevará a cabo el martes, después de que representantes del Gobierno de Maduro y la oposición respaldada por Estados Unidos se reúnan en Barbados. La elección de esta fecha no es casual, ya que coincide con el reinicio de las conversaciones de diálogo y negociación que habían comenzado en México y que se habían estancado. Noruega ha sido el país patrocinador de estas conversaciones en un esfuerzo por buscar una solución al conflicto interno que se desató en Venezuela en 2013. Estas conversaciones tienen como objetivo alcanzar un «acuerdo político» en línea con el memorando de entendimiento firmado en México el año anterior. Este memorando incluye garantías electorales, acceso a los derechos políticos, levantamiento de sanciones económicas y el compromiso de renunciar a la violencia para resolver disputas, entre otros puntos.
En noviembre de 2022, gracias a la mediación noruega, Maduro aceptó volver a las negociaciones, y como parte de ese proceso, se acordó la liberación de 3.000 millones de dólares de fondos congelados debido a las sanciones, destinados a sectores clave como la salud, educación y servicios públicos en Venezuela. Hasta el momento, esto no se ha materializado, y ambas partes han expresado críticas y desacuerdos.
A pesar de los obstáculos y la sensación de parálisis, la situación actual es diferente a la época de fuertes enfrentamientos. De hecho, cinco días después de lo que ocurra en Bridgetown, la oposición celebrará primarias para seleccionar un candidato común que compita contra Maduro en las elecciones presidenciales de 2024.
En este contexto, se ha dado a conocer la noticia sobre el entendimiento entre la Casa Blanca y el Palacio de Miraflores. Según un alto funcionario del Gobierno de Estados Unidos citado por ‘The Washington Post’, el acuerdo no incluye el descongelamiento de los activos de Venezuela en Estados Unidos, que han estado congelados durante 15 años, especialmente bajo el mandato de Donald Trump y después de las elecciones venezolanas de 2018. Sin embargo, el acuerdo podría otorgar una licencia general a la agencia estatal de petróleo de Venezuela para realizar negocios tanto con Estados Unidos como con otros países.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, ha felicitado a la oposición venezolana, al Gobierno de Venezuela, al reino de Noruega y al Gobierno de Estados Unidos por abrir un canal de diálogo para resolver los conflictos políticos en el país vecino.
La noticia del acuerdo también ha tenido un impacto en los mercados, con una disminución en los precios de los futuros del petróleo, ya que se interpreta como una posible señal de un aumento en la oferta de crudo. Sin embargo, los inversores siguen preocupados por los riesgos geopolíticos, como el conflicto entre Israel y Hamás.
Se espera que el acuerdo incluya un calendario con un límite de tiempo para reimponer sanciones si Maduro no cumple con su parte. Aunque se espera que el acceso de los medios a las elecciones sea parte del acuerdo, no está claro si abordará la liberación de presos políticos.
Este acuerdo entre Washington y Caracas se logró a través de negociaciones directas entre representantes de ambos gobiernos, que comenzaron durante el inicio de la guerra en Ucrania el año pasado. Además, Estados Unidos ya había comenzado a levantar restricciones a Chevron, la compañía estadounidense con más activos en Venezuela, como un gesto de apoyo a las conversaciones entre Maduro y la oposición.
Como un indicio del cambio en la dinámica regional, Estados Unidos y Venezuela también han pactado un mecanismo para agilizar la deportación directa de venezolanos indocumentados, con la condición de que las solicitudes de asilo político sigan siendo evaluadas para garantizar la protección de aquellos que lo necesiten.
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