La postura de la India sobre adquisiciones de petróleo Ruso despierta debates entre intereses económicos y sanciones internacionales.
La decisión de la India de mantener sus adquisiciones de petróleo de Rusia, a pesar del veto a Vladímir Putin por la guerra en Ucrania, ha generado una serie de debates y reflexiones en la comunidad internacional. Esta postura, defendida recientemente por el ministro de Petróleo indio, Hardeep Singh Puri, ha suscitado una discusión sobre el equilibrio entre los intereses económicos y las sanciones internacionales.
En una entrevista transmitida por el canal de televisión Economic Times Now, Hardeep Singh Puri explicó que la India está comprometida a asegurar un suministro estable de petróleo al precio más bajo posible, independientemente del país de origen. Esta afirmación se da en el contexto de un incremento significativo en las importaciones de petróleo ruso por parte de la India en el último año fiscal, llegando a alrededor de 45 millones de toneladas, como lo indica un informe del Bank of Baroda de la India.
Aunque la comunidad internacional ha instado a la India y a otros países a distanciarse de Rusia debido a su papel en la crisis en Ucrania, las autoridades indias han justificado su decisión en base a la necesidad de mantener una economía estable. El ministro de Exteriores indio, Subrahmanyam Jaishankar, ha señalado en múltiples ocasiones la importancia de adquirir petróleo al mejor precio posible para evitar impactos negativos en la economía nacional. Dado que la India importa alrededor del 85% de los 5 millones de barriles de crudo que consume diariamente, se considera que asegurar un flujo constante y económico de petróleo es fundamental para mantener el ritmo de desarrollo y crecimiento económico del país.
Este enfoque económico ha llevado a la India a convertirse en uno de los principales clientes de petróleo ruso, incluso en medio de las tensiones internacionales. Durante el pasado año fiscal, Rusia llegó a superar el millón de barriles diarios en sus exportaciones de petróleo a la India, aprovechando los descuentos generosos que ofreció desde el inicio de la invasión en Ucrania. Esto no solo solidificó a Rusia como uno de los principales suministradores de petróleo para la India, sino que también tuvo un impacto significativo en las cifras comerciales entre ambos países.
En junio pasado, por ejemplo, las importaciones de crudo de Moscú a la India ascendieron a más de 3.800 millones de dólares, consolidando al país europeo como el mayor proveedor de petróleo para Nueva Delhi según los datos del Ministerio de Comercio e Industria de la India. Esta realidad plantea cuestionamientos éticos y políticos sobre cómo las consideraciones económicas pueden superponerse a las sanciones internacionales y los llamados a la solidaridad entre los países aliados.
En resumen, la decisión de la India de mantener sus importaciones de petróleo ruso a pesar del veto a Putin y las sanciones internacionales ha resaltado la complejidad de las relaciones económicas y políticas en un mundo globalizado. A medida que los países buscan equilibrar sus necesidades internas con las presiones internacionales, se plantea una discusión sobre la moralidad de priorizar la estabilidad económica por encima de las consideraciones geopolíticas.