Una flota de petroleros cargados con millones de barriles de crudo ruso de grado Sokol permanece varada frente a las costas de Corea del Sur, reflejando la creciente presión sobre Rusia debido a las sanciones occidentales. Este impasse en el comercio de petróleo ilustra la compleja interacción entre las políticas geopolíticas y las dinámicas del mercado energético mundial.
Un grupo considerable de petroleros, transportando alrededor de 10 millones de barriles de petróleo crudo ruso de alta calidad, conocido como grado Sokol, se encuentran varados frente a las costas de Corea del Sur durante varias semanas. Este incidente refleja un problema creciente para Rusia, que está luchando por encontrar compradores para su crudo en medio de las sanciones impuestas por Occidente.
La acumulación de crudo sin rumbo en el mar es una consecuencia directa de las sanciones cada vez más estrictas impuestas por Estados Unidos y otros países occidentales sobre el petróleo ruso. La situación se agrava aún más por los desafíos en el transporte marítimo, agravados por los ataques de los rebeldes hutíes en el Mar Rojo.
Estas circunstancias han provocado un rediseño de las rutas comerciales del petróleo, con una disminución notable en el flujo de crudo desde Asia hacia Europa. Esto se debe en parte a que los productores de petróleo asiáticos, como Arabia Saudita, Irán y los Emiratos Árabes Unidos, están optando por mantener su petróleo en el continente, compitiendo directamente con el crudo ruso en el mercado global.
Según informes de la agencia Reuters, el crudo Sokol ha permanecido sin vender durante semanas debido a las sanciones estadounidenses y a problemas de pago, según fuentes de la industria y datos de seguimiento de embarcaciones.
La cantidad de crudo varado equivale a más de un mes de producción del proyecto Sakhalin-1, que históricamente fue uno de los proyectos petroleros más importantes de Rusia. Sin embargo, desde la salida abrupta de la empresa estadounidense Exxon Mobil del proyecto después de la invasión de Ucrania ordenada por Vladimir Putin, la producción ha enfrentado dificultades significativas.
La situación actual representa uno de los mayores desafíos para Moscú en el comercio de petróleo en los últimos tiempos. A pesar de las sanciones de larga data, las interrupciones más graves se están produciendo ahora, con un mayor escrutinio y control por parte de Estados Unidos sobre las empresas y refinerías que continúan haciendo negocios con Rusia.
Washington ha expresado su deseo de aplicar sanciones más estrictas para debilitar financieramente al presidente Putin y su gobierno, pero sin interrumpir completamente los flujos de energía rusos a los mercados globales. Esto ha llevado a un enfoque gradual por parte de Estados Unidos y sus aliados, permitiendo que el mercado se adapte lentamente a la disminución del suministro de petróleo ruso.
Hasta el momento, 14 buques cargados con crudo Sokol permanecen varados en el puerto surcoreano de Yosu, con problemas de pago y dificultades logísticas que han impedido su venta o transporte hacia otros destinos. Esta situación ha obligado a la refinería estatal india Indian Oil a recurrir a otras fuentes de petróleo, principalmente de Oriente Medio, para satisfacer su demanda.
Uno de los obstáculos clave para la venta de petróleo Sokol radica en las disputas sobre la moneda de pago. En el contexto de las relaciones comerciales entre los países del BRICS, como Rusia e India, las discusiones sobre la utilización de monedas alternativas al dólar han sido recurrentes. Sin embargo, hasta ahora no se ha llegado a un acuerdo claro, lo que complica aún más la situación financiera y comercial de Rusia en el mercado petrolero internacional.