España se posiciona como líder en la búsqueda de alternativas sostenibles para el transporte aéreo, apostando por los combustibles sostenibles de aviación (SAF). Aunque técnicamente viables, los desafíos económicos y políticos plantean obstáculos para su desarrollo a gran escala. Sin embargo, el país ibérico cuenta con los recursos necesarios para liderar esta transformación, según un informe de Price Waterhouse Coopers.
La aviación, como uno de los sectores más dependientes de los combustibles fósiles, enfrenta una presión creciente para reducir sus emisiones de carbono y contribuir a los objetivos de mitigación del cambio climático. Entre las tecnologías en desarrollo, los Combustibles Sostenibles de Aviación (SAF) emergen como una solución inmediata y efectiva para reducir las emisiones.
Los SAF tienen el potencial de reducir las emisiones de vuelo entre un 60 y un 100%, y en algunos casos, incluso pueden tener emisiones negativas si se implementa la captura de CO₂ de manera efectiva. A pesar de su promesa, la producción actual de SAF solo satisface una fracción mínima de la demanda global debido a barreras económicas y políticas.
Aunque las pruebas han demostrado la viabilidad técnica de los SAF, su desarrollo se ve obstaculizado principalmente por los altos costos de producción y distribución, así como por la falta de apoyo político y regulación adecuada. Sin embargo, un informe de Price Waterhouse Coopers sugiere que España tiene el potencial de liderar la industria del SAF en Europa.
El país cuenta con una abundancia de recursos forestales, agrícolas y ganaderos, necesarios para la producción de SAF biológicos. Además, está en camino de convertirse en un líder en la producción de hidrógeno verde, un componente clave para la fabricación de SAF sintéticos. Según el informe, el impulso de la producción de SAF en España podría generar hasta 270,000 nuevos puestos de trabajo y contribuir significativamente al PIB hasta 2050.
Esta coyuntura presenta a España una oportunidad histórica para liderar la transición hacia una aviación más sostenible, creando empleo y riqueza en las zonas rurales y promoviendo una economía más verde e inclusiva. Es crucial que el país aproveche este potencial y se posicione como un actor clave en el desarrollo de una nueva industria que no solo beneficie al medio ambiente, sino también a la economía y la sociedad en su conjunto.