La brecha salarial persiste en nuestras sociedades, y cada vez más evidencias apuntan a que los complementos salariales y la segregación laboral son dos de los principales factores que la perpetúan. Según un reciente estudio, las empresas estarían penalizando a las mujeres que buscan la conciliación entre su vida laboral y personal, relegándolas a puestos menos remunerados o con menos posibilidades de desarrollo profesional.
Estos datos reflejan una realidad preocupante en la que la igualdad de oportunidades sigue siendo una asignatura pendiente en el ámbito laboral. Mientras las mujeres continúan luchando por alcanzar la paridad salarial, se enfrentan a obstáculos que obstaculizan su progresión en el mundo laboral.
Es necesario que las empresas tomen medidas concretas para combatir esta discriminación y promover la igualdad de género en todos los niveles de la organización. La conciliación laboral y familiar no debería ser motivo de penalización, sino más bien un derecho que contribuya a la construcción de un entorno laboral más justo y equitativo para todos.