Wolfang Wornecke, jefe técnico de Shell, afirma que dentro de tres décadas ya no será necesario producir combustible para los vehículos, lo que implicará un cambio drástico en la industria petrolera mundial.
Shell, asegura que en 35 años los vehículos serán totalmente sostenibles con electricidad. Wolfang Warnecke, científico del área de movilidad de la empresa afirma que para el año 2050 el número de coches en el mundo alcanzará la cifra de 2.000 millones, duplicando la cifra actual de 900 millones de vehículos en circulación y la inmensa mayoría serán eléctricos.
En este sentido, Warnecke agrega que para entonces los vehículos no producirán emisiones que impacten el medio ambiente, porque el fin de los motores de combustión dará paso a los motores eléctricos con células de combustible.
En el caso de Shell, no se creará combustible, pero sí hidrógeno. A juicio del científico alemán, la reducción de los costos y la mejora de la eficiencia de la electricidad renovable, permitirá acelerar su implantación en la industria del transporte. Esta transformación afectará a las petroleras, refinerías y fabricantes de automóviles, sin olvidar a las estaciones de gasolina, que tendrán que cambiar por completo su modelo de negocio y adaptarse a la llegada de la acumulación eléctrica.
Por lo tanto, Shell Helix marca líder en lubricantes para vehículos con más de 70 años en el mercado, plantea un proyecto que tiene como objetivo implantar 400 estaciones de hidrógeno en Alemania desde este momento hasta 2023.
Retos que enfrentar
Poder desarrollar un vehículo de bajo impacto al ambiente es un reto difícil, ya que esto significaría depender de fuentes totalmente renovables como solar, eólica o de biocombustibles, y por los momentos sólo se han desarrollado dos: La primera implica el uso de energías renovables para producir hidrógeno ‘verde’, que se almacena en en una botella de gas guardada en el vehículo. Después, una célula de combustible convierte el hidrógeno en electricidad para hacer funcionar el motor.
Según Warnecke, la otra alternativa consiste en usar la electricidad producida por las energías renovables para cargar las baterías de los coches. En una parte almacenas la energía en la batería y en la otra, el hidrógeno. Son las dos únicas opciones que hoy permite la tecnología para tener un vehículo 100% libre de emisiones.
Frente a este panorama, el principal reto es la colaboración entre empresas e industrias petroleras, ya que Shell no puede desarrollar un nuevo combustible cuando los fabricantes de motores siguen haciendo el mismo trabajo. Los desarrollos tienen que combinar el combustible, el motor y los catalizadores; cada uno debe ajustarse al resto.