La caída de los precios de la energía eléctrica a mínimos históricos en España está poniendo en peligro la viabilidad económica de proyectos de energías renovables, generando preocupaciones en el sector. Las eléctricas se ven obligadas a considerar medidas innovadoras, como contratos a largo plazo y almacenamiento, para hacer frente a esta situación sin precedentes.
La eólica y las precipitaciones han desencadenado una avalancha de energía en el mercado, resultando en 38 horas con precios de 0 euros/MWh entre el 8 y el 10 de marzo, según datos de Aleasoft. El promedio diario alcanzó 0,54 euros/MWh, el nivel más bajo desde 2014. Este exceso de oferta resalta el potencial renovable de España pero también evidencia una demanda insuficiente.
Jesús Heras, de Wattkraft Ibérica, advierte que los precios bajos pueden afectar la rentabilidad, especialmente en proyectos de gran escala, mientras que el autoconsumo industrial podría mitigar estos efectos. La agencia S&P ya había alertado sobre estas caídas de precios debido al crecimiento de la energía eólica y fotovoltaica, que superará la demanda eléctrica en los próximos años.
Los futuros de la electricidad indican precios anormalmente bajos para este trimestre, lo que genera inquietud entre los inversores de renovables por la posible saturación del mercado. La incertidumbre sobre la rentabilidad de nuevos proyectos dificulta la financiación y la planificación a largo plazo, según Óscar Barrero de PwC.
Ante esta situación, Antonio Hernández de EY insta a aprobar regulaciones para evitar que los precios cero desincentiven las inversiones en renovables, mientras que Eduardo González de KPMG señala el riesgo de frenar el cumplimiento de los objetivos establecidos en el PNIEC.
Las eléctricas están respondiendo a esta crisis con medidas inéditas, como la reducción de la producción de las centrales nucleares para evitar pérdidas financieras. Además, se está impulsando la adopción de contratos a largo plazo y el almacenamiento de energía como estrategias para mitigar los efectos de los precios bajos y garantizar la viabilidad económica en un mercado cada vez más volátil.