La subida implacable del precio del gasóleo pone en peligro la viabilidad de la agricultura y el transporte en España: demandas urgentes para abordar la crisis.
Las asociaciones agrícolas y ganaderas, representadas por APAG Extremadura Asaja, han alzado la voz contra la creciente crisis en el sector debido a los incesantes aumentos en el precio del gasóleo y otros insumos esenciales. Juan Metidieri, presidente de la organización, ha denunciado los costos «exorbitantes» del gasóleo, exigiendo una compensación de al menos 30 céntimos por litro.
El gasóleo bonificado se mantiene en una media de 1,26 euros por litro, mientras que el gasóleo de automoción se ha elevado a una media de 1,76 euros por litro. Metidieri ha ilustrado la problemática con ejemplos concretos, revelando que los gastos por hectárea en gasóleo han aumentado un alarmante 92% en una explotación agraria promedio.
Tomemos como ejemplo una explotación de cereales de 150 hectáreas: en mayo de 2020, el costo del gasóleo por hectárea era de 37,60 euros. En la actualidad, este costo se ha disparado a 71 euros por litro por hectárea, lo que representa un incremento de 5.108 euros en el costo total de gasóleo de 2020 a 2023.
La misma tendencia se observa en una explotación de olivar de 20 hectáreas, donde los costos adicionales en estos tres años ascienden a 1.500 euros. Estos incrementos están asfixiando la viabilidad de las explotaciones agrícolas.
Frente a esta situación crítica, APAG Extremadura Asaja exige respuestas contundentes del Ministerio de Agricultura, con tres demandas claras. Primero, una bonificación para compensar los costos del gasóleo de al menos 30 céntimos por litro. Segundo, la reducción del IVA del gasóleo del 21% al 10%. Y tercero, un descuento fiscal en la factura del 35% o más, además de lo aprobado el año pasado.
Metidieri también ha destacado la necesidad de adaptar la normativa agraria a la realidad de las explotaciones y ha solicitado flexibilizar las medidas de la PAC, incluyendo una reducción en la carga ganadera y un aumento en el porcentaje de barbecho tradicional permitido.
En una situación paralela, los transportistas gallegos se enfrentan a una amenaza similar debido al creciente precio del gasóleo. Se plantea la posibilidad de detener sus operaciones nuevamente, ya que no pueden trasladar el aumento de costos del combustible a las empresas cargadoras.
El presidente de Aetram, Diego Arias, señala que están «con el agua al cuello» ya que el precio del gasóleo sigue en constante ascenso. La cláusula del gasóleo resulta insuficiente, dado que el precio sube a un ritmo de 5 céntimos por semana. Los transportistas se ven incapaces de absorber este aumento y están evaluando la posibilidad de una nueva paralización de sus actividades.
La crisis en ambos sectores agrarios y de transporte refleja la urgente necesidad de abordar la escalada de precios del gasóleo y otros insumos esenciales que amenazan la sostenibilidad de estas industrias.
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