La decisión de Rusia de vetar las exportaciones de diésel desencadena preocupaciones sobre la estabilidad económica en Europa
La sombra de una crisis económica en Europa debido a problemas en el suministro de energía se ha convertido en una amenaza real tras la decisión de Moscú de vetar las exportaciones de diésel, una medida que entró en vigor el 21 de septiembre. Esta medida busca abordar la escasez de combustible en Rusia y estabilizar su mercado interno, aunque no debería afectar directamente a la Unión Europea, ya que había prohibiciones previas para comprar carburante ruso debido a las sanciones relacionadas con la guerra en Ucrania.
Sin embargo, esta decisión sí tiene implicaciones significativas, ya que Rusia era uno de los principales proveedores de diésel a nivel mundial, a pesar de las sanciones. Aunque esta medida rusa no parece dirigirse específicamente a perjudicar a la UE, podría afectarla indirectamente si se reduce la disponibilidad de diésel en el mercado internacional.
La decisión de Rusia de detener indefinidamente las exportaciones de diésel y gasolina se basa en su objetivo de reducir los precios para los consumidores en el mercado interno. Esta medida se tomó después de una disminución del 30% en las exportaciones de diésel en los primeros 20 días de septiembre en comparación con agosto. Esta disminución se produjo después de informes que indicaban que la escasez de combustibles estaba afectando la recolección de cosechas en algunas regiones de Rusia, lo que preocupa al Kremlin, especialmente con las elecciones presidenciales programadas para marzo de 2024 y la necesidad de mantener el apoyo de la población rural.
Estas tensiones en el suministro de combustible han llevado a un aumento de los precios en los mercados internacionales, incluido el precio del gasóleo en Europa, que ha superado los 1,000 dólares por tonelada. Esta situación también ha afectado a instrumentos financieros especulativos, como el crack del Brent.
Varios factores están afectando al mercado de combustibles en Rusia, incluyendo problemas en el transporte ferroviario, mantenimiento de refinerías y la debilidad del rublo. Además, la política rusa de respaldar los recortes de producción de petróleo dentro de la OPEP+ también ha contribuido al aumento de los precios del combustible.
La situación plantea preguntas sobre cómo afectará esta crisis del diésel ruso a países como España. Aunque las estadísticas oficiales indican que Rusia ha dejado de suministrar carburantes, existe evidencia de que el petróleo y el combustible ruso continuaron llegando al mercado europeo a través de terceros países, como Marruecos. Esto significa que la falta de suministro o el aumento de precios del diésel pueden afectar a toda la cadena de suministro de transporte de combustibles, lo que a su vez podría impactar en los negocios y los consumidores.
En resumen, la crisis del diésel ruso tiene implicaciones económicas significativas y podría tener efectos en la Unión Europea, incluyendo a España, a medida que se enfrenta a la escasez de combustible y al aumento de los precios en el mercado internacional.
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