PEMEX tiene un problema de liquidez lo que no quiere decir que lo tenga de solvencia. Eso declara su nuevo director, José Antonio González Anaya que, tras tomar las riendas de la compañía en medio de la peor crisis de producción de su historia, ha comenzado a aplicar la tijera con un plan que apunta directamente a su único interés en España,el astillero Hijos de Barreras.
El nuevo responsable de la petrolera lo dejó caer en la rueda de prensa que convocó este lunes para explicar el recorte de más de 5.000 millones de euros que va a aplicar a lo largo del 2016.
Una de las vías previstas para ganar liquidez es la venta de bienes o, según palabras de González Anaya, «la desincorporación de activos no productivos». La lista será muy larga. El director de la petrolera afirmó que «la empresa va a vender todo lo que no sea atractivo, incluyendo refinerías, acciones que tiene en la petrolera española Repsol o, posiblemente, en los astilleros de Galicia, España, entre otros». Así respondió a una pregunta concreta de los periodistas sobre la venta de Hijos de J. Barreras, el astillero del que Petroleos Mexicanos es accionista mayoritario.
Fuentes de la compañía precisaron ayer, no obstante, que «no hubo una respuesta concreta sobre los astilleros, porque se está valorando todo». Según explicó Pemex «Se está analizando la forma en que esos activos nos darán mayor valor, y la venta es una de las opciones».
En este escenario de recortes, no hay lugar para inversiones que no sean las vitales para la continuidad de la compañía. Tal vez por eso, preguntada Pemex sobre la posibilidad de licitar un tercer flotel para adjudicarlo a su astillero gallego, no dé respuesta.