La acelerada competitividad de las energías renovables está transformando el panorama energético mundial a medida que los precios de los combustibles fósiles desencadenan una revolución en la generación de energía. Un informe reciente de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) destaca que en 2022, el 86% de la nueva capacidad renovable instalada superó en costos a la electricidad generada a partir de fuentes fósiles. Estos hallazgos subrayan cómo la adopción masiva de energías limpias está no solo reduciendo drásticamente los gastos en combustibles, sino también proporcionando beneficios económicos y ambientales cruciales. La caída de los precios renovables y su papel en la mitigación del cambio climático se revelan como elementos esenciales en la construcción de un futuro sostenible y resistente.
La crisis relacionada con los elevados precios de los combustibles fósiles ha tenido un impacto significativo en el panorama energético, impulsando la competitividad de las fuentes de energía renovable. En 2022, se registró un hito notable, ya que el 86% (equivalente a 187 GW) de la capacidad renovable recién instalada tenía costos inferiores a la generación eléctrica a partir de combustibles fósiles.
El informe ‘Costes de generación de energía renovable en 2022’, emitido por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), revela que la incorporación de capacidad renovable en ese año contribuyó a reducir significativamente los gastos en combustibles en el sector eléctrico a nivel global.
La acumulación de capacidad renovable desde el año 2000 tuvo un impacto notorio, reduciendo la factura de combustibles fósiles en el sector eléctrico en al menos 520.000 millones de dólares (480.000 millones de euros) durante 2022. En los países fuera de la OCDE, el ahorro generado a lo largo de la vida útil de las nuevas instalaciones de capacidad en 2022 se calcula en hasta 580.000 millones de dólares (536.000 millones de euros).
Además de los beneficios directos en términos de costos, es importante considerar los efectos económicos positivos derivados de la disminución de las emisiones de dióxido de carbono y de contaminantes locales en el aire. Si no se hubieran implementado energías renovables en las últimas dos décadas, la perturbación económica ocasionada por el aumento abrupto en los precios de los combustibles fósiles en 2022 habría sido mucho más grave, potencialmente superando la capacidad de muchos gobiernos para manejarla mediante financiamiento público.
El reciente informe de IRENA subraya el papel esencial desempeñado por las fuentes de energía renovable competitivas en términos de costos al abordar las crisis actuales en el ámbito energético y climático. Estas fuentes aceleran la transición hacia modelos más sostenibles y están en consonancia con los objetivos de limitar el calentamiento global a 1,5°C.
Las energías renovables se han convertido en pilares fundamentales en los esfuerzos de los países por reducir de manera rápida y, en última instancia, eliminar progresivamente la dependencia de los combustibles fósiles. Esto no solo tiene un impacto ambiental positivo, sino que también mitiga el daño macroeconómico ocasionado por estos combustibles, en línea con la meta de alcanzar emisiones netas cero.
Francesco La Camera, Director General de IRENA, resalta que el año 2022 marca un punto de inflexión en la adopción de energías renovables, ya que su competitividad en términos de costos ha alcanzado niveles sin precedentes, a pesar de la inflación persistente de los costos de materias primas y equipos a nivel global.
La resistencia ante el histórico choque de precios fue notable en las regiones más afectadas, en gran parte debido al incremento significativo de la generación de energía solar y eólica durante la última década.
La argumentación en favor de las energías renovables en términos comerciales es sólida en la actualidad. Sin embargo, es crucial acelerar la implementación, ya que no hay tiempo para que evolucione gradualmente un nuevo sistema energético, tal como ocurrió en el caso de los combustibles fósiles. El informe subraya que se requiere una capacidad adicional de 1.000 GW de energía renovable anualmente hasta 2030 para mantener el límite de calentamiento de 1,5°C, lo que supera en más de tres veces los niveles alcanzados en 2022.
En el aspecto de los costos, el informe de IRENA muestra que en 2022, debido a la inflación de los costos de materias primas y equipos, los países experimentaron variaciones notables en los costos de producción. Sin embargo, a nivel global, los costos promedio ponderados cayeron en un 3% para la energía solar fotovoltaica a gran escala, un 5% para la energía eólica terrestre, un 2% para la energía termosolar, un 13% para la biomasa y un 22% para la geotermia.
Únicamente los costos de energía eólica marina y de hidroeléctrica aumentaron en un 2% y 18%, respectivamente. Esto se debió a la menor participación de China en la generación de energía eólica marina en 2022 y a los costos adicionales asociados con algunos proyectos hidroeléctricos de gran envergadura.
En el transcurso de los últimos 13 a 15 años, los costos de generación de energía a partir de fuentes solares y eólicas han experimentado una disminución constante. Entre 2010 y 2022, la energía solar y eólica han alcanzado competitividad en términos de costos en comparación con los combustibles fósiles, incluso sin apoyo financiero. El costo promedio ponderado a nivel mundial de la electricidad generada a partir de energía solar fotovoltaica ha disminuido en un 89% hasta alcanzar los 0.049 dólares por kWh, lo que representa casi un tercio del costo del combustible fósil más económico en el mundo. En el caso de la energía eólica terrestre, la reducción fue del 69% hasta llegar a 0.033 dólares por kWh en 2022, lo que equivale a menos de la mitad del costo de la opción más económica basada en combustibles fósiles en ese mismo año.
En resumen, el informe de IRENA concluye que los pronósticos de precios elevados en los combustibles fósiles continuarán impulsando el cambio estructural que ha posicionado a la generación de energía renovable como la opción más económica para la nueva capacidad de generación, incluso socavando los precios de los generadores de combustibles fósiles ya existentes. Las energías renovables no solo protegen a los consumidores ante las crisis de precios de los combustibles fósiles, sino que también previenen la escasez de suministro energético y mejoran la seguridad en este ámbito.
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