Actualmente, Rusia, con su empresa gasística Gazprom, se ha vuelto uno de los principales proveedores de petróleo y gas en China de forma permanente. El Kremlin ha expedido al gigante asiático 13.800 millones de metros cúbicos de gas (bcm) durante el último año por medio del gasoducto Power of Siberia que está en marcha.
Lo cual, le convierte en su segundo proveedor por tubo y el cuarto en gas licuado (GNL). Fuentes del sector afirman que el crecimiento de gas que Gazprom envía a Oriente es casi equivalente al recorte que tiene previsto hacia Europa.
Vladimir Putin, presidente ruso, ha garantizado que los envíos de gas natural hacia el país asiático han progresado en diciembre en un 18% las obligaciones contractuales diarias. Cabe destacar, que el Power of Siberia, que tiene la posibilidad de enviar gas a Shanghái a lo largo de 3.000 kilómetros, se encuentra en su etapa final de construcción, pese a ello ya ha dejado combustible en diferentes puntos del norte de China. Especialmente, durante el 7 de diciembre se logró un máximo histórico diario de gas suministrado a través del conducto.
Es desde el 24 de febrero del año pasado, cuando la relación energética entre ambos países se ha incrementado, es decir desde la invasión rusa a Ucrania. Sin embargo, en 2014 ya firmaron un megacontrato para tres décadas valuado en 400.000 millones de dólares, o sea 350.000 millones de euros, por el que Rusia abastecerá 38.000 millones cúbicos anuales de gas al país oriental.
De esta forma, se le abría un mercado a Rusia en un momento en el que la demanda de gas caía en Europa y en el que Bruselas empezó a sancionarla por la anexión de Crimea. Por su parte, Pekín conseguía una mayor independencia del consumo de carbón y comprar un gas ruso a precio más competitivo ante la imposibilidad del Kremlin de ubicarlo en otros mercados.
Rusia y China, firmaron también el año pasado un pacto de colaboración “ilimitado”. El acuerdo con Asia le fortificaban precisamente en sectores energéticos, tecnológicos y logísticos, lo que con el tiempo podría cancelar en buena parte el efecto de las sanciones de occidente.
Por si fuera poco, Gazprom, controlada por el Estado ruso, ha sellado un contrato para el diseño del Power Siberia 2. Este gasoducto será clave para el país ya que posibilitará el suministro a China de 50.000 bcm al año pasando por Mongolia. Rusia busca así pluralizarse y exportar más a sus aliados, entre tanto China está necesitada de energía.
Producida ya la invasión, la Unión Europea y Rusia confluyeron en un punto: no depender uno del otro energéticamente hablando. La propia Agencia Internacional de la Energía (AIE) ideó una serie de medidas con el objetivo de que pudiera reducir “en más de un tercio” o 50.000 bcm las importaciones de gas ruso en solo un año. Conforme a los datos de la AIE, en 2021, la UE importó una medida de 380 bcm diarios de gas por gasoducto desde Rusia, lo que corresponde a unos 140.000 bcm en el conjunto del año.
De igual modo, se suministraron unos 15.000 bcm en forma de GNL. En total, el curso pasado la UE compró 155.000 millones de metros cúbicos de gas natural a Rusia, lo que constituye en torno al 45% del total de las importaciones y alrededor del 40% de su consumo total de este combustible.
Para castigar a Rusia, Alemania detuvo el proceso de aprobación del gasoducto Nord Stream 2, una infraestructura estratégica para transportar el gas natural al Viejo Continente. El gasoducto, que conecta las reservas rusas con la zona occidental de Europa por medio del mar Báltico, esta ya completado, aunque su funcionamiento estaba pendiente de los certificados de operatividad en el país germano.
Después de quedar sumido como consecuencia a la invasión, Gazprom suspendió por completo el suministro a Alemania vía Nord Stream 1 Europa. Rusia pierde de esta forma a Europa, su principal comprador y su mayor fuente de inversión extranjera. Por otra parte, desde principios del mes de diciembre está prohibida en la UE la importación de crudo vía marítima. La UE igualmente, ha pactado recientemente aplicar un tope de 180 euros el megavatio hora al precio de las importaciones de gas.
En particular, ‘cap’ se activará cuando el precio del gas en el TTF holandés, de referencia en Europa, exceda los 180 euros/MWh durante tres días seguidos y que, también, haya una diferencia de precio de 35 euros en paralelo con los mercados internacionales. Constituyeron este mecanismo ante la negativa de algunos países del norte de aplicar un límite que influye tan solo al gas ruso por posibles represalias.